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  • Watch Online / Gidslet (1914)



    Desc: Gidslet: Dirigida por Martinius Nielsen. Con Benjamin Christensen, August Falck, Gerda Krum-Juncker, Alix Aase Ayoé Alber. Una persona deforme y con ansiedad nerviosa mira hacia el mar, evidentemente esperando la llegada de alguien. Está lisiado y pronto nos damos cuenta de que es el miembro despreciado de una banda de bandidos y está esperando su regreso. Llegan en sus barcos encabezados por su temido jefe, Beppo. Están de mal humor y el infortunado lisiado recibe patadas y esposas sin ningún motivo, salvo que no puede devolver los golpes de sus verdugos. La razón es que uno de la banda ha sido capturado, un insulto y una indignidad que Beppo no puede ni permitirá. Él decide rescatar a su hombre. Bernardi, el jefe de policía, es un hombre de gran voluntad y determinación; ha decidido librar al país de la banda de ladrones y malhechores, de la que Beppo es el jefe. Pero son esquivos, nadie sabe dónde están sus refugios y sus chozas. Desaparecen como por arte de magia a la menor alarma. Bernardi envía a sus exploradores y pasa de los detalles cansados ​​y decepcionantes de sus deberes oficiales a la compañía de su bella y amorosa esposa y al alegre juego de su pequeña hija de cabello dorado. Esta última es poco más que un bebé, pero su inteligencia está muy por encima de su edad, y es evidente que es la niña de los ojos de su padre, y que su madre adora el suelo mismo que pisa. Mientras se encuentra en la puerta, el bandido prisionero es llevado por el camino, bajo una fuerte escolta. Suplicantemente levanta sus manos esposadas hacia Bernardi, quien se da vuelta con desprecio y disgusto y aleja a sus seres queridos del bandido. Esa noche Beppo y su banda intentan rescatarlo. En una pirámide humana se forman contra el muro de la prisión debajo de la celda de su camarada. Se pasa una cuerda de mano en mano, y el intento casi tiene éxito cuando se les escucha. Son vistos y huyen despavoridos, dejando a su compañero en manos de la policía. Hay una nueva persecución, y nuevamente resulta inútil. Beppo escapa. Se escapa para regresar a la casa de su archienemigo, Bernardi. Se lanza una cuerda por encima del balcón y un ágil bandolero trepa por ella en un abrir y cerrar de ojos. Entra en el dormitorio del niño. La madre grita y se queda paralizada de terror. No puede mover un músculo. Le arrebatan al niño y la pandilla se retira a su isla. Desde allí un niño ciego envía un mensaje que entrega a Bernardi, un mensajero que no sabe describir los rasgos de su instructor; si el prisionero no es liberado en tres días, el niño morirá, rechina los dientes con rabia impotente y ordena a sus hombres que hagan nuevos esfuerzos. El tiempo pasa y Madame Bernardi llega al límite de su resistencia. Tras conseguir las llaves, entra en la prisión con la intención de liberar al prisionero y salvar así la vida de su hijo. Su marido interfiere y se la lleva con reproche. Se pasan los tres días. La infeliz madre yace en un lecho de enfermedad, y los bandidos echan suertes para seleccionar al hombre que quitará la vida a la dulce niña. El lisiado corre la suerte fatal y debe buscar a su víctima y realizar el acto. El lisiado, enfurecido por los malos tratos a manos de Beppo y su tripulación, decide tomar un curso de acción muy diferente. Esconde a la niña en una parte del acantilado rocoso que rodea la isla, una parte inaccesible excepto mediante una cuerda, y se dirige a Bernardi, a quien le ofrece entregarle a su hija a cambio de 2.000 dólares. Bernardi toma valores valiosos, corre al banco, saca el dinero, se lo entrega al lisiado y en un espacio de tiempo increíblemente corto se le ve trepando por la pared del acantilado con su amado hijo en brazos. Padre e hija yacen escondidos en la isla, mientras el lisiado envía un telegrama a la policía. Vienen con fuerza y ​​matan y capturan a la mayor parte de la pandilla. Beppo escapa, pero sufre.